sábado, 31 de marzo de 2012

Capitulo 1


Para empezar me presentaré, me llamo Diana y os voy a contar mi historia, la historia de cómo conocí al chico más maravilloso y espacial que he podido conocer y al que nunca podré olvidar.

Hace 5 meses en algún lugar de la ciudad…
Estaba ella, mirando por la ventana de su habitación, inmersa en sus pensamientos, como tenía por costumbre cada vez que le pasaba algo, en su habitación sonada su cadena de radio favorita, la música inundaba aquel pequeño espacio, pero ella no le prestaba ninguna atención.
Miraba a las personas pasar, pensando que cada una tenía una historia distinta, llena de emociones, de algún desamor o de algún amor secreto.
Y en ese momento cuando está imaginando una historia distinta para cada persona que pasa debajo de su ventana, su madre, una mujer cerca de los cuarenta años, alta, morena tanto de piel como el color de su cabello, entra en su habitación.
-¡Diana! ¿Qué te pasa? Llevo un buen rato llamándote y ni si quiera me respondes, y haz el favor y baja esa música.
Diana resopla y se dirige hacia la radio para bajar el volumen aunque no muy a gusto.
-Si mamá, perdona. ¿Qué querías decirme?
-Tu padre y yo queremos hablar contigo, baja cuando puedas a la cocina.
Y sin darle tiempo a responder su madre ya ha cerrado la puerta de su habitación. ¿Qué querrán decirle? ¿Qué ha hecho esta vez? Siempre le están regañando por cualquier tontería, así que se imagina que esta vez será algo parecido, aunque nunca le han llamado los dos.
Baja los escalones dejando arrastrar los pies a cada paso que da, sin prisas. Llega hasta la puerta de de la cocina, la abre lentamente, y lo que ve, no es la típica escena de unos padres enfadados por algo que haya hecho su hijo.
Mira a su padre, un hombre de unos cuarenta años, bien cumplidos, todo hay que decirlo. Está con la cabeza agachada, tiene los ojos hinchados y la mirada triste, nunca le había visto así.
Se dirige hasta la mesa donde están sentados y se sienta en la única silla que queda libre. Se respira un ambiente de tensión y decide hablar ella primero.
-¿Qué es lo que queríais decirme?
Comienza con una pregunta, un tanto directa, pero no le importa, ella es así.
Su padre levanta la cabeza y comienza hablar en un tono muy bajo, de cómo está acostumbrado.
-Diana, ya eres mayor, tienes 17 años y creemos que ya es hora de que te digamos las cosas tal y como son. ¿Te acuerdas de la enfermedad de tu abuela?
-Si
-Pues ha empeorado y ahora mismo está ingresada en el hospital, y la verdad es que parece bastante grave.
Y al escuchar estas palabras se derrumba, empieza a llorar desconsoladamente y sale corriendo a su habitación, allí enciende la radio y sube al máximo el volumen, no quiere que la escuchen llorar, necesita estar sola y sabe que como la escuchen no lo estará.
Su abuela, aquella mujer que la vio crecer, a la que le puede contar sus problemas sabiendo que siempre la va apoyar en todo, ahora está en una cama, en el hospital, el lugar más triste que puede imaginar, no quiere  pensar en lo peor, pero en su cabeza sus pensamientos no son nada optimistas.

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