Capitulo 2.
Hay esta
ella, sentada sobre su silla, la misma en la que se sienta todos los domingos
cuando la familia se reúne, Diana no entiende que ha pasado, ni como ha llegado
hasta allí, si hace menos de 3 horas sus padres le ha dicho que estaba
ingresada.
Diana no
entiende nada, se acerca hasta su abuela, temblorosa, y suevamente le toca el
brazo, este está frio, como si hubiera tocado un cubito de hielo, y aparta la
mano con brusquedad, pero algo la retiene, hace que tenga la mano cerca se
brazo, como si quisieran que sintiera ese frio por más tiempo, como si fuera
una señal.
Diana
intenta ver que es lo que la retiene, pero solo ve una gran sombra alrededor de
su muñeca, asustada intenta gritar pero no sale ningún sonido de su garganta, y
de repente su abuela se gira y la mira a los ojos. Siente miedo, no se su
abuela si no de cómo la mira, es una
mirada llena de dolor y a la vez de angustia. De pronto oye una que la llama.
-Diana,
Diana… Ven, ven a donde estoy.
Cada vez
siente más miedo no reconoce la voz, pero sabe que proviene de la persona que
ahora mismo está moviendo la boca, la misma persona a la que llama abuela.
-Diana… Ven, te necesito…
Todo se
vuelve negro, la sombre que antes le sujetaba la muñeca cada vez se hace mas y
mas grande, hasta envolverla.
-¡Diana!
¡Despierta!
-¡Ahhh!
¡¿Dónde está?!..... ¿Mamá? ¿Pero qué
haces aquí?
Nerviosa
mira a su alrededor y comprueba que está de nuevo en su habitación, esta sudada
y el corazón parece que se le va a salir del pecho.
-Hija, por
lo visto estabas teniendo una pesadilla, no parabas de gritar y he venido a ver
que te pasaba. Pero ya me voy, que descanses.
Diana aun
confundida con lo que pasado le dice adiós a su madre. Todavía tiene puesta la
ropa, así que se pone el pijama, despacio sin prisas y a la vez intentando
recordar cada detalle de ese extraño sueño.
Lentamente
se dirige hacia su cama e intenta dormir de nuevo, pero esta vez sin ningún sueño
o pesadilla que la atosigue y mañana sin falta irá a ver a su abuela.
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