Comienza
un nuevo día, nuevas ilusiones y nuevas metas para algunos, pero para Diana
todo sigue igual, le parece que el mundo sigue su camino pero ella se ha quedado
estancada, y realmente ni ella misma sabe cómo salir.
Como cada
mañana, su móvil suena, con ese tono tan característico que tiene para esa
persona, mientras se va despertando la música va sonando cada vez mas y mas
fuerte, esa canción que le encanta a ella, bueno a las dos, la canción que
marcó su amistad ``Stamp on the ground ´´
Ella se llama Marta y es como una hermana
pequeña para Diana, tiene 14 años y es amante de la música, tanto como Diana,
se conocieron un día de verano en el centro, cada una iba con sus amigas y la
casualidad que una amiga conoce a otra amiga…
Ellas empezaron a hablar y descubrieron que
tenían muchísimas cosas en común, los mismos gustos tanto como para la música
como para que cosas insignificantes como la comida favorita de cada una, y poco
a poco surgió entre ella una amistad, que nadie podrá cuestionar a pesar de las
cosas que pasen entre ambas.
Diana busca su móvil desespera por el cuarto, no
se acuerda de donde lo dejó, sigue el sonido de la música y ve que se encuentra
debajo de la cama. ¿Cómo ha llegado hasta ahí? Se pregunta. Descuelga el
teléfono y se oye al otro lado de la línea a su extravagante amiga.
-Didi, ¿Estas despierta? Recuerda que me tienes
que recoger hoy.
-Si claro que me acuerdo aunque creo que tardaré
un poco, no sabes que me ha pasado… Mi abuela estaba enferma ¿Te acuerdas?
-Si claro que me acuerdo. ¿Le ha pasado algo
grave?
-Más o menos, por lo visto, mis padres me han
dicho que está en el hospital y estoy
que no puedo conmigo misma…
-Didi, tú no te preocupes, mira cuando me
recojas hablamos sobre lo que te ha pasado, y no te preocupes tonta, que seguro
que mejora y pronto la tienes hay, a tu lado contándote las batallitas de
cuando ella era joven.
-Gracias Marta, no sé como lo consigues pero
siempre me sacas una sonrisa en los momentos más tristes.
-De nada, para eso están las amigas ¿Recuerdas?
-Jajajaja claro que sí. Bueno adiós que si no,
no te recojo nunca.
-¡Vale! Adiós.
Y acto seguido cuelga como de costumbre.
Apenas se acordaba pero hoy habían quedado para
ir a comprar los materiales para el nuevo curso, dentro de nada comenzaran las
clases y aun no tienen nada.
Diana mira su reloj, ya va tarde y como no se de
prisa irán a la hora de comer.
Se viste como puede, se maquilla un poco, solo
lápiz de ojo y un poco de rímel, no le gusta ir muy maquillada, baja las
escaleras y le besa a sus padres y acto seguido sale de casa, tiene que ir
hasta la parada, menos mal que no le queda muy lejos.
El autobús no tarda en llegar, paga y se sienta
casi al fondo, en el lugar que más le gusta, donde puede ir tranquila pensando
en sus cosas, y en un momento ya está debajo de la casa de Marta y juntas van
al centro a buscar alguna que otra cosa para empezar el curso y por el camino
Diana le cuenta todo lo que le ha pasado un una noche, incluso su sueño….
La tarde de compras se les hace amena, apenas
han encontrado nada, solo un par de bolis, uno, el de marta, tiene una ranita
en la parte del capuchón, según ella le dan suerte, y el de Diana tiene una
estrella, cada una con el símbolo que más le gustan.
Apenas han pensado en lo ocurrido, solo le dio
un par de consejos y le hizo sonreír con alguna que otra broma.
Mientras pasean por las galerías del centro
comercial, piensan en tomarse algo para ver que tal está esa heladería nueva
que han abierto hace poco, en ella venden toda clase de helados, también
promocionan unos batidos caseros hechos con fruta, y la verdad es que tienen
buena pinta.
Caminan entre risas y toman asiento en la
terraza, dentro hay mucha gente y prefieren estar tranquilas, sin nadie que les
molesten.
Se sientan en una mesa que está en el centro, a
su lado hay una pareja y mas al fondo en la última mesa hay un grupo de amigos
que se ríen escandalosamente. Marta mira de reojo a aquella mesa, cree que
conoce a los chicos de aquella mesa, pero no sabe muy bien quienes son, pero de
pronto un chico moreno se gira y mira
hacia donde están ella, Marta que seguía mirando pero esta vez de manera menos
discreta se sonroja al descubrir que le está observando a ella.
Diana en aquel momento se da cuenta de aquello.
-¿Qué es guapo, verdad?
-¡ehhh! Pero que dices si se le ve una pinta de
chulo que no puede con ella.
-Si si… y por esas pintas es por lo que lo
mirabas tan atentamente, ¿no? Si al final y todo va a ser que te nos vas a
enamorar y todo, Jajajaja
-Déjate, yo solo lo miraba porque creía que lo
conocía nada más, Diana déjate de montarte novelas que después nunca aciertas.
-Ay Martita, Martita….
Marta vuelve a mirar a la mesa del fondo y para
su sorpresa se vuelve a encontrar con la mirada de ese chico y este le sonríe y
ella con un poco de vergüenza le devuelve la sonrisa, no sabe con aquello va a
empezar una historia que la cambiará.
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